No todos los vestidos de novia tienen que ser increíblemente rompedores para ser auténticos. Para muchas mujeres, la autenticidad y exclusividad de un diseño está en los pequeños detalles.
Por esta razón, nunca me encasillo en un único estilo. Y eso me lleva a crear algunos diseños como el vestido de novia de Isabel, que me parece tan especial como cualquier vestido de novia más trabajado.
Isabel no creía que encontraría jamás un vestido que la representara, un vestido en el cual se sintiera ella misma. Pero eso fue antes de conocerme.
Cuando me dijo que ni siquiera le gustaban los típicos vestidos de novia, ya sabía que Isabel era una de las mías y ya sabía por dónde tirar.
Hay mujeres a quién no les gusta los vestidos, la moda o las tradiciones – y con razón, porque no todo lo que es tradicional queda bien a toda la gente. Pero no he conocido nunca una mujer a quién no le gustara sentirse cómoda, sentirse guapa o lucir su mejor versión de si misma.
Le hice un vestido con la marca de mi casa: cómodo, minimalista y a la vez original (sin floripondios ni exageraciones).
Un corte en pico en la cintura para estilizar su figura, un escote pronunciado para resaltar su pecho, un tejido sedoso y unos detalles algo más trabajados en las mangas y la cintura para dar un toque especial, y botones verdes a juego con sus zapatos para añadir originalidad. Y ya está, no hizo falta más.
Parafraseando a Isabel, el resultado la sorprendió, se sintió muy ella y para nada se sintió disfrazada como se hubiese sentido en cualquier otro diseño.
A mí me encantó este diseño, me casaría así mismo y os desvelo un secreto: me gustó tanto este vestido que he hecho una versión de él para mi próxima colección de novia, a punto de salir.
Lorena Panea