Anteriormente os expliqué que todos los años suelo seleccionar a alguna/s novia/s como mi preferida/s y, para no ser excepción, este año he decidido destacar a Eliana.
Mi elección nunca tiene nada que ver con la estética del vestido o de la novia, ni nada que ver con mi preferencia personal, sino que tiene que ver con lo que cada una de esas novias me enseñó en los momentos que pasamos juntas durante las pruebas del vestido de novia que creé para cada una de ellas.
Ahora toca hablar de Eliana, una mujer y un concepto de boda totalmente diferente, y que aun así me transmitió unos valores igual de relevantes para mí como diseñadora.
Eliana es brasileña, proveniente de la ciudad tropical de Fortaleza, actualmente ahincada en Barcelona y, tal como yo, es también diseñadora, pero en su caso de joyas.
Eliana vino a mi atelier de Barcelona después de haberse probado 101 vestidos de novia… (eso fue lo primero que aprendí con ella, que una novia puede ser muy indecisa mientras busca su vestido para la boda :P).
Aun así, Eliana tenía bastante claro lo que buscaba y quizás por eso se haya probado tantos vestidos y aun así no haya encontrado SU vestido antes – la mayoría de la Moda nupcial actual suele ser una mala broma con modelos de vestidos estándares, tallas estándares, los mismos diseños y cortes…En fin, es algo que ya me aburre no solo a mí sino a un número creciente de mujeres modernas.
La empatía y el entendimiento entre las dos fue inmejorable desde la primera cita. Ella quería algo especial pensado para llevar sus joyas conjuntamente, un vestido de princesa guerrera y moderna. Un vestido así no se encuentra en las tiendas de novia especializadas, por las simple razón de que no es un vestido común ni barato de producir. Por otro lado, tampoco es fácil técnicamente, así que no cualquier modista o diseñador sabrá hacerlo y, si lo saben, probablemente ya tendrán un caché o unos costes de producción muy elevados.
Yo sabía lo que ella quería, además sabía hacer lo que ella quería y ella sabía que yo lo sabía: D Así que me contrató para realizar SU obra prima.
Las que me seguís, ya me conocéis y sabéis como suelo ser crítica con las tradiciones, con las reglas y con los estándares que año tras año se van perpetuando en las bodas que van surgiendo. La sociedad actual se está desprendiendo de convenciones, costumbres o institucionalizaciones que no nos llevaron a un mundo mejor y la mujer empieza finalmente reclamando su papel en la evolución de la civilización. Por todo esto, mis vestidos de novia no suelen ser convencionales ni pensados para la mujer tradicional sino concebidos para mujeres modernas conscientes de su condición como personas.
Pero Eliana me enseñó algo que yo no estaba teniendo en cuenta hasta la fecha: cuando quieres hacer que el mundo evolucione, no basta solo con criticar las distorsiones, hay que estar por delante de ellas y dar el ejemplo – y en la Moda eso pasa por coger la tradición, transformarla y dar a mis clientas una evolución del concepto de estética que estas buscan. Esto es lo que me pidió Eliana y en mis diseños hay un antes y un después de ese momento.
El vestido de novia que quería Eliana es “tradicionalmente” precioso . Y digo “tradicional” porque fue de las primeras veces que me gustó un vestido que coge la mayoría de los elementos que algunas de nuestras madres y abuelas esperan de un vestido de novia: es blanco puro, con mucho volumen y un diseño que podría usar alguna princesa Disney – y, para gran sorpresa mía, ¡me encantó!
¿Y por qué me gusta este vestido, mientras que otros vestidos de “princesa” no me suelen gustar? Va mucho más allá del hecho que lo haya hecho yo… El vestido de novia de Eliana es uno de los mejores ejemplos que he visto nunca de un vestido que parte de la tradición y la moderniza para adaptarse a la mujer actual:
- Por un lado, coge los volúmenes tradicionales y nos marca la figura de reloj de arena. Si os fijáis bien la silueta es tradicional, pero si miráis más cerca, este vestido no tiene nada de tradicional. La falda tiene muchas capas de tejido, la mayoría de ellas son de organza de seda natural, trazando unas asimetrías que rompe con el clasicismo de la silueta y aportando ligereza y un aire etéreo al vestido
- La parte superior fue inspirada en las joyas que Eliana diseña. Tal y como se caracteriza su estilo, unas discretas líneas de crepe blanco recorren el cuerpo del vestido trazando dibujos geométricos como un guiño a su trabajo y su vida. Como toque final, en la espalda incluimos una joya realizada por ella que fusiona su trabajo y el mío a la perfección.
- Y la sorpresa final de este vestido es que ¡es convertible! Como este tipo de siluetas suelen ser más incómodas a la hora de la fiesta, creamos un vestido base con una falda más ligera y caída y la falda con volumen era de quita y pon. ¿No os parece genial?
Cuando digo que es un vestido con mucho trabajo digamos que no estoy recurriendo a ninguna hipérbole… Pero la sensación de haber conectado con una mujer ilusionada con su boda y haber creado un vestido que considero “tradicionalmente” maravilloso es un sabor a gloria que no me ha dado ninguno de mis galardones.
Bueno, si ambas nos quedamos encantadas con el vestido creado – al punto de que nos hemos vuelto amigas – hay que decir que la boda en sí no ha sido para menos…
Toda la familia de Eliana se vino de Brasil para asistir al matrimonio en Luzas, un pueblo pequeño y encantador en Huesca que fue testigo de una fiesta como nunca se había celebrado allí antes. Toda la boda estaba cargada de simbolismos y detalles que la hacían aún más especial.
He hecho vestidos tradicionales antes, que me motivaron más o menos, que eran más o menos complejos, que necesitaron más o menos conocimientos de costura, corte, materiales, patronaje o diseño, pero mucho más allá de la técnica ninguno había representado una evolución conceptual y transformación de la tradición en modernidad, como este vestido de novia.
Como decía antes, el momento en que Eliana me describía lo que quería fue un punto de inflexión en mi carrera. La prueba es que algunos vestidos de novia de mi reciente colección Singular (novias 2017) ya incorporan elementos tradicionales que había dejado de lado en mis colecciones Silvestre (novias 2015) e Imperfecta (novias 2016).
Y esto es lo que he aprendido con Eliana y su vestido de novia: la evolución también tiene en cuenta el pasado, siempre y cuando dé un paso hacia el presente y no pierda la ambición del futuro. Y esto es Moda.