No he conocido en mi vida una única mujer que no tuviera complejos con su cuerpo. Ni una. ¡Incluso modelos internacionales con quien traté y que desfilaron en algunas de las principales pasarelas para las principales marcas!
Algunas tienen complejo por tener los pechos pequeños, otras por tener los pechos grandes. Otras se ven con mucha cadera, mientras que otras se ven sin formas. Unas se ven muy gordas, otras se ven muy delgadas. Otras creen que tienen barriga y otras nunca quieren enseñar las rodillas.
Podría seguir describiendo todo lo que he visto en mi atelier o durante mi vida personal como diseñadora, pero la cuestión es que estos complejos son a menudo infundados e incluso en los casos en que nos podamos ver con “algún defecto” (¿¿qué significa “defecto”??), la verdad es que no hay un único cuerpo perfecto en este mundo, aunque Photoshop, Instagram o cualquier otra herramienta nos haga creer lo contrario. Todo se basa en percepciones, nunca en la realidad.
Lo que todas las mujeres buscamos (y debemos buscar) es vernos estilizadas. No se trata de “tapar defectos”, esconder lo que no nos gusta, ni parecer perfecta. Se trata de lograr armonía, ensalzar nuestras proporciones y remarcar nuestro estatus o posición como mujeres.
Este es mi papel como diseñadora y, como ejemplo, voy a hablar de una de mis novias LP que me ha parecido preciosa: Sara.
Sara es procuradora, emprendedora y una viajera nata por el mundo, por lo que una mujer así de activa no está para tradiciones pasadas de moda, ni convenciones accesorias, ni mucho menos para complejos.
En su boda, Sara quería ser fiel a si misma, mostrarse a su pareja tal y como este la conoció y finalmente estilizar su figura – en resumen: lucir la mejor versión de sí misma, por lo que le diseñé una versión de mi modelo Monroe (colección Renaixença), desde luego uno de mis diseños más cómodos y ligeros, ideal para mujeres modernas y activas, como Sara. Para complementar el look, le hice una versión de mi chaqueta de organza en neopreno, bordada con el logo de su boda.
La mejor versión de una misma. Lo cual es muy diferente de intentar ser una copia de otra mujer (que nos pueda parecer atractiva), caer en el error de añadirse características que no nos pegan o estar pendiente de ocultar todo aquello que no nos gusta de nosotras mismas, porque eso nos impide de ser libres.
Me atrevo a decir que Sara tiene muchas cosas que a todas nos gustaría tener y que el día de su boda logró un estilismo que le favorece su figura, algo que todas buscamos, ya sea a la hora de acudir a un evento o vistiéndonos a nuestro día a día.
Me dijo Sara que fue el día más feliz de su vida y que la comodidad del vestido le permitió disfrutarlo totalmente, a la vez que mantuvo elegancia y belleza.
Y para celebrarlo, nada mejor que una luna de miel en la Polinesia (seguramente uno de mis próximos viajes…) donde Sara quiso seguir luciendo uno de mis diseños, esta vez una de mis joyas…
¿A quién no le gustaría vivir todo lo que ha vivido Sara?
Lorena Panea