Que pena que se perdiera el color en los vestidos de novia. Ya expliqué en este blog como, en el siglo XIX, la reina Victoria decidió casarse de blanco, y ese hecho, junto con el mix de ser la época de mayor hegemonía británica y el momento histórico en que despuntaron los medios de comunicación en masa, provocó la costumbre de que casi todas las mujeres de este planeta se quisieran casar exclusivamente de blanco. Y el comportamiento de masas e imitante hace que, dos siglos después, todavía sea así, sin que nadie se pregunte por qué.
Sin embargo, no siempre será así ni creo que vaya a ser así para siempre.
Ya lo dije en mi última entrevista para la revista Sposi Magazine de Italia: las novias de colores serán la próxima macrotendencia.
Como diseñadora, he creado ya muchos vestidos de novia de colores para varias de mis #NoviasLP, en los últimos años, como he enseñado también varias veces en este blog. He tenido novias de rojo, verde, estampados… ¡Este año hasta tendré una novia de negro! Un vestidazo, por cierto… pero sobre eso ya escribiré más adelante
Son mujeres como Carolina, que abanderan la recuperación de una tradición ancestral y que alcanzan la verdadera esencia de crear un vestido de novia.
Hacerse un vestido de novia es la oportunidad perfecta para que cada una de nosotras pueda crear una pieza de alta costura, una reliquia que señale un marco de amor en nuestras vidas. Y en ningún caso, eso implica que tenga que ser un vestido exclusivamente blanco. Y Carolina quería un detalle que, en mi opinión, es suficiente para marcar toda la diferencia con un vestido común.
Su vestido, mimalista y romántico, tenía unos puños de tul bordado en blanco, en el que bordamos en color motivos florales a juego con su ramo de novia. Ese mismo bordado se extendía por su espalda desde donde caían dos tiras de tul como reinterpretación de la cola tradicional de novia. Además, para terminar de dar ese aire de frescura, le hice a juego un aplique de flores naturales con los mismos tonos del bordado.
Pero esto no acaba aquí, Carolina además me pidió que su vestido tuviera bolsillos con lo que además le daba ese equilibrio entre la tradición y la modernidad, adaptando su vestido a las necesidades de las mujeres actuales.
Puede que la reina Victoria haya sido una de las grandes “influencers” de la historia, tanto, que aún perdura su tendencia. Pero poco a poco mujeres como Carolina y muchas otras, van rompiendo con esa tradición y cambiando la historia.
Lorena Panea
Fotos de @slubna_chwila_michalbarton