Cuando escribí sobre el vestido de novia de Tamara, dije que era un diseño diferente de todo lo que se espera de un vestido de novia.
Lo que no dije en ese momento, es que he hecho varios diseños tan originales y atrevidos como ese. Otro de los vestidos más originales que he creado nunca es indudablemente el de Almudena, que se casó este mismo verano.
A pesar de ser de una pequeña ciudad del sur de España, siempre digo que algunos vestidos más especiales que hago son para mujeres de mi tierra. Y es verdad.Almudena es también extremeña como yo pero en este caso afincada en Madrid, y por todas sus influencias o forma de pensar, podría describirla como el tipo de mujer para quién diseño: una mujer culta, reinvidicativa, con ambiciones y preocupaciones sociales, amante de los libros y los tatuajes.
Por todo ello, su vestido de novia tenía que transmitir la mujer que es. Esta es la autenticidad de una novia, y la honestidad que cada mujer tiene consigo misma, en vez de caer en las imposiciones y tradiciones de antaño.Almudena lo tenía claro: su vestido de novia sería corto. He hecho pocos en mi vida y siempre me pregunto por qué – ¿Por qué no casarse con un vestido corto? Esta era sin duda la opción de Almudena, y es tan o más espectacular que cualquier vestido largo.
Aristóteles dijo que el cuerpo es el instrumento del alma, por lo que un vestidazo así demuestra perfectamente el pedazo de mujer que es Almudena, tanto por dentro como por fuera.Entre Almudena y yo diseñamos el vestido con varias transparencias para que Almudena enseñara su cuerpo lleno de arte, una falda con volumen, una espalda trabajada en tul bordado y unas mangas con influencias sureñas, igualmente bordadas, todo bajo una influencia de Romance Real (así se llama esta tendencia, una rama del romántico bohemio). La corona dorada dio el toque final y en mi opinión quedó espectacular.
Al ser un vestido corto, los zapatos adquieren más protagonismo que en un vestido largo. Almudena escogió unos zapatos de tacón ancho en rosa empolvado para la ceremonia, que luego cambió por unas converse rayadas que en mi opinión no podían combinar mejor.Como detalle final, en la parte de la espalda llevaba dos botones azules de Marruecos, influencia árabe que salpicaba los detalles de todo el evento. Por motivos familiares, Almudena tiene esta exótica cultura muy presente e hizo que la mezcla de todas estas influencias bailaran en un perfecto equilibrio.
Me llenó de orgullo haber creado este diseño y haber trabajado con Almudena, desde luego el tipo de mujer que más me inspira. Sin duda, otro de los vestidos en mi top-5 de este año.Pero esto es como todo: no es un vestido para cualquier mujer. Vuestro auténtico vestido siempre depende de la mujer que lleváis dentro, depende de quién sois y principalmente depende de quién queréis ser. Cuando lo tenéis claro, y tenéis la valentía de asumirlo, entonces ya tenéis la mitad de vuestro vestido. Lo demás ya lo hago yo sin ningún problema.Lorena Panea