Creo que ya lo he escrito antes: algunos de los vestidos más espectaculares creados por mí fueron diseñados para mujeres de mi tierra natal.
A pesar de estar la gran mayoría de mi tiempo en Barcelona, sigo trabajando en mi preciosa Mérida y acercándome puntualmente allí, para crear cosas fantásticas a medida para las mujeres más especiales.
Una de estas creaciones es uno de mis vestidos preferidos de siempre: el vestido de novia de Natalia.
Natalia es una mujer preciosa, natural de mi misma Mérida y que, tal como yo, le gusta hacer de la tradición algo suyo.
Como diseñadora, mi visión de la moda es la de un fenómeno cultural vivo y en transformación, que en todo momento refleja la sociedad y su historia.
En los medios más pequeños, como Mérida, se suele atribuir especial importancia a los círculos personales, las costumbres o los eventos anuales, como factores de estabilidad y cohesión social – por lo que la moda de allí no debe ignorar o descuidar estas variables.
Sin embargo, también las mujeres de allí estamos cambiando. También las mujeres del sur queremos cambiar el rol que se nos ha impuesto desde antaño y luchamos por conquistar y reafirmar un nuevo papel en la sociedad del futuro – esto indudablemente se refleja en la moda de estos medios, y lo puedo decir con toda la seguridad ya que llevo más de 5 años haciendo vestidos para mujeres del sur.
Dicho esto, el vestido de novia de Natalia tenía que encontrar el equilibrio entre la tradición que nos caracteriza a las mujeres del sur y la libertad, elegancia y modernidad que representamos las nuevas mujeres, ya sea en Extremadura, Cataluña o cualquier otra parte del mundo.
No me gusta usar las palabras “perfecta” o “ideal, porque no hay ninguna mujer (o novia) perfecta ni ideal en este mundo. Aun así, entre Natalia y yo, desarrollamos un diseño que a mí personalmente me parece fantástico y que le sentó genial.
En este caso mandé bordar tul a mano para crear un tejido trabajado con algodón en crudo para la parte de arriba. Para la falda elegimos un crep satinado a tono y bordado solo hasta la parte de la cadera.
Para completar el look, Natalia se decidió por una increíble corona diseñada por Rebulldesign: un tocado de flores en dorado viejo, realizado minuciosamente a mano y que añadió el toque neobarroco que ya le dí a toda mi colección de novias Neo-Natura.
Así logramos el equilibrio de todo el look, con un aire auténtico, bohemio y sin perder los toques de tradición que le han añadido un plus.
Yo diría que este vestido de novia reúne todos los adjetivos que suelen caracterizar los vestidos que diseño – lleno de naturalidad, muy personalizado y cómodo ante todo. Pero va más allá de eso: liga la tradición del pasado, con el romanticismo actual y el rol de las mujeres del futuro.
Lorena Panea
Fotografía: www.rodbros.es