En el último post sobre Sheila, os expliqué lo que yo considero que son las nuevas novias contemporáneas: elegantes y cómodas; atractivas y naturales; sensuales y espontaneas; orgullosas y reales; ambiciosas y felices. Adjetivos que parecen antagónicos pero que las mujeres actuales empiezan a lograr juntarlos en su misma persona, quizás por primera vez en la historia.
Quiero remarcar que no hablo de una definición vacía y gastada que se suele escuchar a menudo en la moda, cuando muchos diseñadores o marcas dicen que sus clientas son “preciosas”, “perfectas” o “guapísimas”. Me refiero a mujeres que se sienten iguales que sus parejas, que representan lo que realmente creen que son y que sus únicos límites son aquello que cada una de ellas quiera alcanzar. Os hablo de feminismo, libertad e igualdad en estado puro. Un número creciente de mujeres anónimas que, con su actitud y comportamiento, dan el ejemplo y cambian mentalidades.
Esta semana hablo de Laia, otra mujer dentro del concepto al que me refiero.
Laia vino desde la provincia de Lleida y a la primera prueba, como es normal, acudió a mi atelier con la familia – incluyendo su novio italiano – pero impermeable a influencias externas, ya que ella misma tenía las ideas clarísimas. Esto se llama personalidad e independencia, lo que me facilitó el trabajo e hizo que el diseño se ciñera a un trabajo mutuo entre ella y yo.
En cuanto al estilismo, pensamos en algo bastante original. Los looks de 2 piezas están muy de moda y suelen aportar bastante sensualidad a la figura femenina, pero suelen tener el inconveniente de moverse y descuadrarse con los movimientos del cuerpo (especialmente en una boda en que hay que abrazar, bailar y saltar, y más en una chica tan divertida y enérgica como es Laia), lo que hace con que falda y blusa no sea un conjunto idóneo en una boda.
Como tal, ¡pensé en un trampantojo! Un vestido completo, aunque pareciera un “dos piezas”
Así conservamos la sensualidad del look, mantuvimos las ventajas de un vestido completo y aseguramos la elegancia requerida en un evento de esta importancia.
Diseñé una apertura en el delantero para estilizar la figura de Laia, mientras que el trasero lo dejé unido y además complementé el look con una capa hecha en un precioso y fino encaje chantilly, no solo para unificar el vestido sino también para darle un toque más especial y original.
Laia dio el punto final con unas divertidas alpargatas adornadas con pompones de colores (que solo se veían cuando ella levantaba el vestido), un adorno de flores en el pelo y un precioso ramo rematado con cintas multicolores.
Tal y como ya lo dije en mi post anterior cuando hablé de Sheila, también las fotos de Laia transmiten exactamente lo que ha sido su boda, cómo es su relación con su pareja o todos los demás, y cómo es ella como mujer: personalidad, espontaneidad, diversión, felicidad, autenticidad y, cómo no, belleza natural.
Laia es también una nueva novia contemporánea. Esto no se encuentra en cualquier mujer y desde luego no siempre las bodas nos desvelaron mujeres así de libres, pero Laia, así como Sheila y varias otras grandes Novias LP, están finalmente abriendo un nuevo camino a las mujeres modernas que probablemente cambiará nuestro papel en la sociedad para siempre.
Lorena Panea