El origen del estilo boho – Editorial por Natasha Paslavska (Fotografía), Vasilisa Pavlishyn (MUA), Mary Lee (Modelo) y Lorena Panea (Diseñadora)
Cuando diseñé Nilo, pensé en esas mujeres nómadas de la Antigüedad, libres, tenaces, desacomplejadas y viajeras…
Este estilo nómada, el origen del estilo boho, es hoy uno de los estilos más admirados entre las mujeres que quieren escapar de los estilos repetitivos y masificados.
Ser nómada, ser Boho, es conectar con el medio, conectar con la naturaleza y conectar con una misma, sin estar demasiado pendiente de las miradas de los demás…
Cuando finalmente la Humanidad dejó de ser nómada, se asentó y empezó la agricultura, se comenzó entonces transformando el entorno, acumulando cosechas y, de cierta forma, perdiendo la libertad de antaño…
Justamente al acumular cosechas, los pueblos y asentamientos empezaron atrayendo a los animales salvajes: principalmente serpientes, lo que de pronto hizo que estos réptiles fueran considerados malignos, peligrosos y envidiosos – y como tal, seguidores de Seth, el dios maligno del panteón egipcio.
También se empezaron acercando los gatos, más amistosos, cordiales y audaces.
Además, los egipcios de la época se dieron cuenta de que estos gatos atacaban y ahuyentaban a las malignas y envidiosas serpientes.
Por su carácter errático, misterioso y protector, los gatos se volvieron entonces un símbolo de admiración para los egipcios. Encima, su pelaje pelirrojo, que recordaba al fuego y al Sol, llevó a los egipcios a creer que estos seres felinos eran benefactores enviados por dios Ra (dios solar), para combatir el mal y desorden en la tierra.
Tanto fue así, que la diosa más poderosa de la mitología, Hathor, se empezó asociando a Bastet (la cariñosa gatita diosa del amor, armonía y protección) y a Sekhmet (la poderosa diosa leona de la guerra, destrucción y curación), dos formas que adoptaba la “Gran Madre” siempre que bajaba a la tierra.
Nuestra admiración por los felinos sigue perdurando hasta hoy y seguimos asociándolos a la elegancia, al misterio y hasta al esoterismo.
¿Te has preguntado alguna vez por qué las mujeres nos pintamos la raya de ojo y alargamos los ojos para obtener una estética felina? Era justamente lo que hacían las antiguas y antiguos egipcios, para evitar el mal de ojo, pedir protección y obtener fortuna…
(y no solo lo digo yo, lo confirma hasta Vogue)
Pero para mí hay una razón más para que los gatos nos sigan fascinando a los humanos.
Los felinos nos recuerdan a las personas lo que fuimos, nuestra conexión con la naturaleza y deseo de libertad, así como nuestra curiosidad por el mundo.
Nos recuerda que fuimos y seguimos siendo nómadas.