Protocolo para novias

¿Sabéis qué es lo malo de la moda? Es que está llena de gente que no sabe de moda…

Hace unas semanas leía en una de estas aburridas revistas de novia sobre el protocolo para novias, que “sólo” hay X tipos de vestido para el gran día…

Poco después, veía en otra que definía “los 5 tipos” de cola de novia…

¿En serio? ¿Tan básicas somos las mujeres que solo buscamos sota, caballo y rey?

Si así fuera, ¿en donde encajaría mi diseño Glow?

Protocolo para novias

¿O mi mono Busiris?

Protocolo para novias

¿O esta cola?

Protocolo para novias

No encuentro ninguna de estas formas en esos diseños tan protocolarios… Y, aun así, os puedo asegurar que cualquiera de estos diseños es tan o más deseado que cualquier diseño estándar, por mis novias.

Los protocolos generalizados en la moda tendrán poco más de 200 años y se crearon en una época en la que, por primera vez en la historia, existía la posibilidad de ascensión de clase social – entonces servían para que los “pobres” o los “nuevos ricos” no desentonasen en los eventos sociales más exclusivos y exquisitos.

En ese momento, los protocolos en la moda tenían todo el sentido. Gente que prácticamente no sabía leer ni escribir, de repente tenía un estatus importante (ya fuera por su economía, título, carrera, arte, etc…) y como tal necesitaba destacar y encajar de acorde a su nueva condición social.

Protocolo para novias

La verdad es que, un par de siglos después todavía reina el caos y admito que algo de protocolo no vendría mal en determinados casos… Pero es cierto que los contextos sociales actuales ya poco tienen que ver con los de otrora.

El problema llega cuando la sociedad pasa de creer que lo que es correcto de vestir (como era antes) a creer que “LO ÚNICO” correcto para vestir es solo aquello…

La movilidad entre clases sociales ya es algo muy asumido entre todos nosotros (para bien o para mal…) y como tal, todas esas reglas protocolarias se han vuelto mucho más laxas.

¡Y esta es la gran oportunidad de la moda! Al no tener reglas tan “encorsetadas”, y en una sociedad en la que ha de existir igualdad de derechos y oportunidades, la moda (y el lujo) se usa para ensalzar nuestros logros.

Es a través de la moda que reflejamos nuestra identidad y el orgullo de quién somos como personas completas, en una sociedad igualitaria.

Y es en esta evolución que los protocolos se reescriben.    

A modo de ejemplo, en un contexto de crisis, con un ateísmo creciente (o con el aflorar de otras creencias), podría llegar a ser ridículo obligar a una mujer a casarse con un vestido pomposo, en una majestuosa catedral y con la bendición de un cura – no tiene nada de malo (de hecho, me sigue pareciendo bonito), pero la mayoría de las mujeres ya no se identifican con ello.

La mayoría de la gente ahora se casa por el registro/notario, organiza sus bodas en la playa o en el bosque, las mujeres buscan vestidos ligeros, bohemios, personalizados a su gusto… Y sin protocolos. ¡Perdón! Reescribo: con nuevos protocolos, protocolos definidos por si mismas y cada vez menos permeables a la presión social.

Protocolo para novias

¿Qué voy a decir yo? Si me organicé mi boda en la isla de Santorini, en pleno 2020, sin clichés, sin invitados por compromiso, sin las convenciones que me resultaban aburridas…

Y, aun así, aquel fue el día más feliz de mi vida… Y no sería capaz de concebirlo con ningún otro formato.

Como tal, hablar de protocolo para novias, denota una tremenda falta de conocimiento sobre quiénes somos las “nuevas” mujeres. Denota una tremenda falta de conocimiento sobre moda.

Es una forma de generalizar y estandarizar a las mujeres, cuando las mujeres somos de todos los tipos, menos estándares y la evolución de los tiempos solo nos hace ser más creativas y libres.

Así que mi consejo es muy sencillo:

–          Si no sabes cómo vestirte y te sientes perdida, sigue el protocolo para novias. Este funcionará bien, siempre y cuando estés bien asesorada, y te sientas una mujer clásica, tradicional – y créeme, no hay nada de malo en ello, algunas de las mejores novias son clásicas, tradicionales y siguen siendo preciosas y llenas de personalidad;

–          Si sabes cómo vestirte, no tienes por qué seguir el protocolo. Tú defines el protocolo y eso te hará mucho más feliz.

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