Para un diseñador y creador de moda (de los de verdad…), no existen vestidos viejos. No existen imposibles.
Las limitaciones en la moda están dentro de la cabeza de cada mujer, con sus complejos, sus prejuicios, sus influencias metidas en el subconsciente. Pero esas limitaciones no existen físicamente en el atelier Lorena Panea, siempre y cuando cada mujer esté lista para embarcarse conmigo en un proceso, en una obra creativa. En mi “casa de moda”, se crean sueños. Se renacen vestidos.
Beatriz llegó un día a mi espacio de Barcelona, cabizbaja y sin esperanza de poder aprovechar el vestido de novia de su madre, para su propia boda…
Es cierto que era un vestido antiguo (que no viejo), pero le vi inmensas posibilidades de hacerlo moderno. La moda actual (y del futuro) está y estará siempre llena de referencias pasadas, es solo cuestión de saber entenderlas y reinterpretarlas.
Le di algunas ideas y vi como se le abrían los ojos de esperanza, de ilusión. Le iba a dar una nueva vida a la reliquia de su madre.
La falda la dejé casi igual a la original, porque ya me parecía preciosa. Pero el cuerpo había que rehacerlo entero.
Anteriormente era un vestido cerrado, con manga murciélago, pero una boda en el Mediterráneo se merece un vestido más abierto y cómodo. Además, aunque yo sea muy fan de los vestidos con manga, la mayoría de las mujeres prefiere no llevar mangas, así que le diseñé un vestido escotado y de tirantes, para que Beatriz pudiera disfrutar de su gran día.
Luego, para darle un punto adicional de elegancia y romanticismo, le creé un top de tul bordado, siendo así un look de 2 piezas convertible para los diferentes momentos de la ceremonia: vestido y top.
Y durante todo el proceso, su madre siguiendo (y disfrutando) el trabajo que realizaba yo con el que había sido su gran vestido otrora. Diría yo que, con tanta ilusión, como la ilusión de Beatriz
Beatriz tuvo por lo tanto una preciosa boda en plena Plaza Sant Jaume de Barcelona, un sueño que se empezó a realizar desde el primer día que entró en mi atelier.
Porque al final eso debe ser nuestra boda y eso debería ser nuestra vida: un sueño, una ilusión y un viaje para disfrutarlo y vivirlo, con nuestra pareja y con quién queramos a nuestro lado.
Y sinceramente: ya sabéis lo que disfruto creando todo lo que creo con mis diseños; pero nada, ni ninguna colección, me parece conseguirlo de forma tan especial como mi Renacimiento de Vestidos.
Lorena Panea.