Lo más desafiante a la hora de diseñar vestidos de novia, es generar una conexión que permita que tanto la clienta como yo conectemos de manera que no se necesiten muchas palabras para entendernos.
Siempre les digo a mis novias que a mayor cantidad de vestidos que se prueben más dudas tendrán de qué es lo que quieren. Eso es lo que pasa en la mayoría de los casos.
No todas las novias optan por esta opción y prefieren el asfalto de una gran ciudad para que sea el escenario de uno de los días más especiales de su vida.
Siempre que conozco a una de mis novias LP, es como entrar en un mundo nuevo: cada una tiene una visión de lo que quiere para su boda.
Ya lo dijo Coco Chanel: menos es más y lo demostró luchando contra la moda superflua de su época.
Antiguamente, cuando no existía el pret-a-porter y los diseñadores solo estaban al alcance de unas pocas afortunadas, las novias no tenían tantas opciones como ahora.
Los vestidos de novia deberían ser un reflejo de la personalidad de quien los lleva. Se nota cuando una novia defiende su vestido: gana en seguridad, belleza y elegancia.
Creo que ya lo he escrito antes: algunos de los vestidos más espectaculares creados por mí fueron diseñados para mujeres de mi tierra natal.
He de decir que la elegancia de las mujeres del norte no se queda atrás, y mis novias catalanas me brindan igualmente con espectaculares bodas llenas de clase
Inauguro la nueva temporada en el blog con un post sobre una de mis novias de este verano: Marina.
Una boda es un evento que lleva meses de preparación. Normalmente eliges la fecha, el sitio, el vestido y poco a poco vas componiendo ese día…
Con todo el respeto por todas las demás mujeres, puedo incluso decir que Tamara ha sido una de mis novias en el Top-5 de mis preferidas.